Régimen orteguista deja ‘en el limbo’ a activistas exiliados al negarles pasaportes
El régimen de Ortega dejó a los líderes y activistas de la oposición nicaragüense exiliados en Costa Rica con pocas oportunidades de viajar para obtener apoyo internacional para su causa. La Embajada de Nicaragua en ese país se negó a renovar sus pasaportes, diciendo que los trámites deben realizarse en Managua.
El caso más reciente fue expuesto por la exguerrillera sandinista Mónica Baltodano, quien -junto con su esposo Julio López y su hijo Umanzor Baltodano- recientemente intentaron renovar sus pasaportes. Después de cumplir con las condiciones y devolver sus documentos, se les informó que, por orden de la oficina central de migración en Managua, debían presentar su solicitud allí.
“Es un abuso de autoridad por parte del Estado, ya que ni siquiera ha emitido una negativa formal para respaldar esta negativa. Al hacerlo de manera verbal e informal, limitaron nuestra capacidad de apelar la decisión, ya que quedó reducida al estado de “órdenes de arriba”, lamentó Baltodano.
Ante esta situación, la defensora de derechos humanos Haydee Castillo señaló: «Mientras la dictadura siga en el poder, la única vía que nos queda a los que estamos en el exilio político es continuar con nuestras solicitudes de asilo político y legalizar nuestra situación en los países de destino».
Nacionalizar o legalizar: dos caminos muy largos
El defensor de derechos humanos Gonzalo Carrión explicó que en el caso de los exiliados que viven en Costa Rica, solo les quedan dos opciones para poder viajar. Primero: una vez que han obtenido el estatus migratorio de refugiado, pueden solicitar un “documento de viaje”. La otra es nacionalizar. Sin embargo, ambas alternativas se encuentran muy demoradas, especialmente la obtención de la condición de refugiado.
“Actualmente, más de 130.000 nicaragüenses han solicitado la condición de refugiado en Costa Rica. Según información pública oficial, a la fecha menos del 5% de este número ha obtenido la condición de refugiado. En otras palabras, se concedió asilo a menos de 10.000 personas. Sin ese estatus no se puede solicitar un documento de viaje”, explicó Carrión, quien pertenece a la Nicaragua Nunca Mas [Nicaragua never again] colectivo de defensa de los derechos humanos y tiene una solicitud de asilo pendiente desde hace tres años.
El defensor de derechos humanos señaló que si un nicaragüense solo tiene la cédula de identidad que lo identifica como solicitante de asilo, no puede solicitar un documento de viaje. “Conozco un caso de una persona en esa condición que lo pidió y fue rechazado”, dijo.
La segunda opción para los exiliados es obtener la ciudadanía costarricense. Sin embargo, esta opción requiere mucho tiempo y no es aplicable a todos. Según el sitio web del Tribunal Supremo Electoral de Costa Rica, la nacionalización es una posibilidad para las personas nacidas de padres extranjeros en el país, las nacidas de costarricenses fuera del país y las que hayan residido en el país durante al menos 20 años. .
La nacionalización también es posible para quienes se casen con un costarricense y hayan residido legalmente en el país por un período determinado, así como para quienes hayan sido declarados apátridas o refugiados apátridas. Esta última resolución puede tardar hasta 200 días hábiles.
Ortega usa los pasaportes como una forma de represión
En Nicaragua, el régimen Ortega-Murillo ha negado la libertad de circulación a decenas de ciudadanos, periodistas, sacerdotes, defensores de derechos humanos y activistas, imponiendo restricciones migratorias y confiscando sus pasaportes cuando intentan viajar fuera del país.
“Hay varias ‘intervenciones’ en cuanto a documentos de viaje y pasaportes, tanto dentro de Nicaragua como en los pasos fronterizos y fuera del país. No es sólo el tema de la renovación”, señaló Carrión.
Se conocen casos de empresarios y ex y actuales empleados estatales a quienes también se les han impuesto restricciones a la emigración. A principios de mes, hubo un conflicto en la ciudad de Muelle Las Bueyes porque un promotor político del FSLN de Ortega pidió permiso para viajar y fue acusado de traición a la patria.
Exiliados temen represalias en embajadas
Haydee Castillo, quien forma parte de la diáspora nicaragüense en Estados Unidos, también señaló que hay exiliados políticos que no visitan las embajadas por temor a represalias, pues también han sufrido persecución fuera de Nicaragua.
“Sé que muchos exiliados políticos nicaragüenses ni siquiera van a ir a los consulados, porque vemos casos de persecución incluso fuera del país. Hay miedo porque la criminalidad del régimen no es sólo dentro del país”, dijo Carrión.
*Este artículo fue publicado originalmente en español en Confidencial y traducido por hora de la habana
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