El nuevo líder de Costa Rica toma posesión con una explosión del pasado
SAN JOSÉ, Costa Rica — Rodrigo Chaves comenzó un mandato de cuatro años como presidente de Costa Rica el domingo, asumiendo el cargo con una larga lista de reproches a su predecesor y a la clase política del país, al tiempo que prometía grandes cambios.
Poco después de recibir la banda presidencial ceremonial de manos del actual presidente Carlos Alvarado Quesada, Chaves arremetió contra el estado de la nación que aún le queda por liderar, quejándose del alto costo de vida, la delincuencia, el narcotráfico y las largas filas en las oficinas de seguridad social. .
«¡No solo vamos a poner la casa en orden, la vamos a reconstruir!» Él juró. “Es el signo de nuestro tiempo. ¡Es la urgencia del cambio que no puede esperar más, el grito de una democracia que no dejaremos que se apague!”.
Advirtió que «si la clase política vuelve a fallar, el país puede colapsar».
Descartó la idea, dijo, compartida por muchos, de que la nación centroamericana es «ingobernable».
“Mírame como soy, un humilde instrumento para acatar el mandato del pueblo, un pueblo que unido puede lograr el cambio urgente que nos impone la historia”, dijo en su discurso de toma de posesión en la legislatura nacional.
El economista conservador, que se desempeñó brevemente como ministro de Finanzas bajo Alvarado, se había presentado como el perdedor en la contienda, y señaló que su Partido Socialdemócrata del Progreso nunca había ganado en ningún nivel antes de este año.
El veterano del Banco Mundial no es un recién llegado al establishment, pero en las elecciones del 3 de abril derrotó a un hombre que era casi su símbolo: José María Figueres, expresidente e hijo de un triple presidente.
Chaves, sin embargo, puede tener dificultades para gobernar: su partido tiene solo 10 de los 57 escaños en la Asamblea Legislativa.
Durante su campaña abogó por abaratar el coste de la vida y tras ganar prometió -sin dar detalles- empezar por los costes de la gasolina, el arroz y la electricidad.
Chaves ganó a pesar de un escándalo que lo expulsó del Banco Mundial, donde varias mujeres lo acusaron de acoso sexual, finalmente lo degradaron y luego renunció. Negó los cargos.
Costa Rica ha disfrutado de una relativa estabilidad democrática en comparación con otros países de la región, pero el público se ha frustrado con los escándalos de corrupción pública y el alto desempleo.
El partido de Alvarado estuvo a punto de ser eliminado en las elecciones de febrero y no recibió escaños en el nuevo congreso.