‘Domingo y la niebla’: crítica de Cannes | Comentarios
Dir/scr: Ariel Escalante Meza. Costa Rica, Catar. 2022. 92 minutos.
Lo personal y lo político están cada vez más entrelazados en Domingo y la niebla (Domingo y la niebla). El segundo largometraje del escritor/director Ariel Escalante Meza (El sonido de las cosas 2016) utiliza el dilema que enfrenta un productor lechero viudo para reflexionar sobre temas más amplios de pérdida, duelo y redención. El resultado es una historia lúgubre y dolorosamente atmosférica que fue un trabajo en progreso en el Instituto Qumra de Doha. Debería llamar la atención de los distribuidores y streamers de arte y ensayo comprometidos después de un estreno mundial en Cannes.
Domingo y la niebla se desarrolla en tonos de melancolía y arrepentimiento, para una película oscura y reflexiva
Domingo (Arena) se siente como el último hombre en pie en su rincón de la Costa Rica rural. El rodaje tuvo lugar en Cascajal de Coronado, en las afueras de la capital, San José. Domingo recorre los caminos rurales y los bosques agregando un toque de contraste a la exuberante vegetación con su impermeable amarillo canario y su sudadera color ciruela. No es alguien listo para pasar desapercibido. Todavía reside en la casa de su suegro, una propiedad heredada por su difunta esposa. El pasado está vivo y bien para él. Sus amigos restantes están cerca y su hija Sylvia (Sossa) dirige un café local. Puede que todavía tenga sentido para él, pero el campo que vemos está sumido en un declive marcado por establos vacíos y granjas abandonadas. Los planificadores de la ciudad tienen la intención de construir una carretera y quieren que se despeje el área. Un funcionario de voz suave oscila entre la intimidación y el soborno para salirse con la suya, prometiendo tratos que sería prudente no rechazar.
Ariel Escalante Meza evoca hábilmente el significado de este remanso, sobre todo en un diseño sonoro que nos sumerge en el chapoteo de una pisada de barro, el lento rodar del agua de lluvia sobre los árboles del bosque, el crepitar de la leña seca que se enciende en el fuego de una estufa y la lejana ráfaga de tomas nocturnas. Domingo es una figura solitaria e inquebrantable en estos paisajes. Hay elementos de un western tradicional en su posición de individuo rudo que resiste las dudosas fuerzas del progreso. Esta impresión se ve alentada por los elementos morricone en la partitura picante de Alberto Torres. Su mezcla vanguardista de voces corales, respiración entrecortada y una amplia gama de instrumentos aumenta aún más la sensación de peligro en el camino que Domingo elige seguir.
A medida que los que lo rodean vacilan y se rinden, obtenemos un sentido más amplio de vidas marcadas por deudas, malas cosechas y desilusión. Muchos se han refugiado aquí en busca de una segunda oportunidad que nunca se materializó. Domingo tiene su propia razón para negarse a ceder. Una niebla espesa y ondulante atraviesa el bosque y entra en su casa en la que siente la presencia de su difunta esposa y puede comunicarse con ella. El fantasma de este pasado lo une para siempre a la tierra y la forma en que la niebla lo envuelve inclina la película hacia el territorio de Apichatpong Weerasethakul.
La historia de Meza va más allá de una historia simplista de David y Goliat a algo más complejo y triste. La oposición de Domingo a la construcción de la carretera lo convierte en una figura heroica. Su sentido del pasado y su relación con su esposa pueden ser mucho más románticos de lo que le gustaría admitir. Su hija tiene una visión mucho menos sentimental de su vida familiar. “Mamá murió de tristeza”, le reprende.
Domingo y la niebla se desarrolla en tonos de melancolía y arrepentimiento, formando una película oscura y reflexiva que se mete debajo de la piel del personaje central. Carlos Arena está en cada escena e inviste a Domingo de una determinación cansada y obstinada. Existe la sensación de que no puede desviarse del camino que ha elegido y no puede dejar de lado lo que significa para él. Sylvia Sossa es una luchadora compañera de entrenamiento como una chica escéptica que parece conocerlo mejor de lo que él se conoce a sí mismo y hay una chispa en los momentos que comparten.
Productora: Incendio Cine
Ventas internacionales: Films Boutique. [email protected]
Productores: Felipe Zuniga Sanchez, Nicolas Wong Diaz, Gabriela Fonseca Villalobos, Julio Hernandez Cordon, Ariel Escalante Meza
Director de fotografía: Nicolás Wong Díaz
Montaje: Lorenzo Mora Salazar
Dirigida por: Celeste Polimeni
Música: Alberto Torres
Reparto principal: Carlos Arena, Sylvia Sossa, Esteban Brenes Serrano, Aris Vindas