Un poco de biología: hongos
Desde tierra fértil hasta un árbol muerto o incluso tu propia piel, los hongos crecen en muchos lugares y continúan creciendo esparciendo esporas por el aire como el polen. Los hongos pueden proporcionarnos muchos recursos, como medicinas, biocombustibles, alimentos y textiles, pero también pueden propagar enfermedades mortales y debilitar nuestro sistema inmunológico. Los hongos son únicos porque descomponen su hábitat para crear algo nuevo que puede ser beneficioso o dañino para los humanos.
El cuerpo de un hongo se llama micelio, que está formado por filamentos filamentosos entrelazados llamados hifas. Las hifas permiten que el hongo se propague en todas direcciones, dándole más espacio para esparcir sus esporas. Los hongos tienen una pared celular segura hecha de quitina que se forma en todas partes del hongo excepto en las hifas. La quitina se puede encontrar en insectos y cangrejos para reforzar su exoesqueleto como armadura. Las paredes celulares de los hongos secretan una enzima que permite que el hongo se alimente desde fuera de su entorno mediante la absorción de nutrientes.
Los hongos pueden brotar en muchos lugares del mundo, descomponiendo la materia orgánica y liberando valiosos nutrientes desde su núcleo al suelo. Los hongos también ayudan en el crecimiento de nuevas plantas al estimular la planta para que desarrolle más raíces. Un hongo que ayuda al crecimiento de las raíces se llama micorrizas. Las micorrizas brotan finas raíces blancas que se entrelazan y extienden las raíces de los árboles jóvenes, lo que permite que la planta obtenga más nutrientes y agua del suelo en su sistema.
Los hongos crecen bajo tierra utilizando una red de raíces que se extienden por el suelo. Cuando esté sano y listo para reproducirse, brotará sobre el suelo y liberará sus esporas. Algunos sistemas de hongos crean un fenómeno conocido como el «círculo de hadas», que ocurre cuando los brotes de hongos dan vueltas unos alrededor de otros. Algunas culturas consideran sagrado el círculo y dicen que si rompes la forma, la mala suerte te perseguirá. Otros lo usan como una señal para saber cuándo hay hadas cerca o si se abre un portal a otra dimensión. De cualquier manera, un círculo de hadas suele ser un buen indicador de un sistema fúngico saludable.
Algunos hongos, como el diente del diablo, pueden liberar sudor de sus sombreros, lo que puede ser extremadamente beneficioso para desarrollar antibióticos efectivos. Los antibióticos artificiales creados en el laboratorio a menudo harán que la enfermedad sea resistente, pero con ciertas especies de hongos, su sudor puede evolucionar con el virus y eliminarlo de manera efectiva cada vez. Este proceso también es útil para enfermedades que son desconocidas y no pueden ser tratadas por la medicina moderna. La micomedicina puede ser una práctica en evolución, pero su descubrimiento cambia la medicina tal como la conocemos.