Bebés y sol: ¿por qué es importante protegerlos? – Deporticos
Los pediatras consideran los primeros dos años de vida de un bebé como los «mil días de oro», ya que son cruciales para su desarrollo futuro. Durante este período, es fundamental proteger la piel de los niños frente a los efectos dañinos del sol, con el objetivo de prevenir el cáncer de piel en la edad adulta.
La sobreexposición al sol y las quemaduras repetidas pueden dañar el ADN celular y aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de piel en el futuro. La piel de los niños no está completamente desarrollada y por lo tanto es más susceptible a los daños solares.
A partir de los tres años, los niños tienen una mayor capacidad de autoprotegerse, pero esto no significa que los padres deban bajar la guardia. Es importante seguir cuidando la piel de los niños y promover hábitos saludables de protección solar.
Lamentablemente, el cáncer de piel ha experimentado un aumento del 40% en los últimos cuatro años, a pesar de que es una enfermedad prevenible. Algunos factores de riesgo incluyen el color de piel, ojos y cabello, antecedentes familiares de cáncer de piel y enfermedades inmunológicas.
Los padres desempeñan un papel fundamental en la protección de la piel de sus hijos. Durante los primeros seis meses de vida, se debe evitar la exposición directa al sol y no se recomienda el uso de cremas solares. A partir de los seis meses y hasta los dos o tres años, se deben utilizar cremas solares específicas para niños.
A partir de los tres años, se pueden utilizar cremas solares combinadas con filtros físicos y químicos. Es importante aplicar la protección solar con antelación y renovarla cada dos horas. Además, se recomienda evitar la exposición al sol durante las horas centrales del día y utilizar protección física como ropa, gorras y sombreros.
Durante los campamentos de verano, es especialmente importante aplicar el protector solar con frecuencia y utilizar protección física adicional. Estas medidas ayudarán a proteger la piel de los niños y reducir su riesgo de desarrollar cáncer de piel en el futuro.
En resumen, cuidar la piel de los niños desde los primeros años de vida es crucial para prevenir el cáncer de piel en la edad adulta. Los padres deben ser conscientes de los riesgos y tomar medidas para proteger la piel de sus hijos, utilizando cremas solares específicas y protección física adecuada. Estas medidas simples pueden marcar una gran diferencia en la salud de los niños a largo plazo.
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