Una protesta contra Uber y la parábola genética argentina
La pandemia ha exacerbado los problemas económicos que Argentina ha estado arrastrando durante décadas. Las alarmas de los niveles de desempleo y las proyecciones son sombrías. Pero en lugar de pensar en la creación de empleo, las empresas siguen saliendo del país. Y, curiosamente, los propios empleados acaban pidiendo a la empresa para la que trabajan que se vaya.
Esto es lo que expresé el viernes en Radio MDZ el presidente de la Asociación Civil de Conductores y Personal de Plataformas Electrónicas (ACCoPPE) Jorge Sandri. El lunes, los conductores de Uber en Mendoza exigirán un aumento de tarifas y pedirán al gobierno que intervenga en los precios. Pero cuando se le preguntó sobre el riesgo de que Uber abandone la provincia, deje claro que si eso sucede, surgirá otro proyecto que debería incluirlos como pilotos.
«Es preocupante pero Uber es probable que para fin de año desaparezca. Es el rumor que se escucha. Muchas empresas internacionales nos están dejando por la economía. El gobierno tendrá que ver con base en la ley de movilidad si se puede poner en marcha algo desde Mendoza que continúe generando empleos para quienes hacemos este trabajo ”, dijo Sandri.
“Entre finales de junio y los primeros días de julio pasaron de $ 9 a $ 10,50 por kilómetro y en septiembre hubo otro aumento del 20%. Pero terminó siendo débil en comparación con la realidad en la que vivimos. el exceso de vehículos imposibilita viajar en conjunto como antes de la pandemia ”, declaró.
Por otro lado, explicó que el ingreso de una persona que trabaja 60 horas semanales varía de 35.000 pesos mensuales y que no alcanza con amortizar los autos de 5 años que impone la ley de movilidad. .
Hace años Winston Churchill pronunció una frase útil para la reflexión. Muchos ven al empresario como el lobo al que hay que matar; otros la ven como la vaca lechera; pero muy pocos lo ven como el caballo que tira del carro, dijo el ex primer ministro británico.
El peligro de cuestionar una empresa por sus millonarios accionistas es que se olvidan los puestos de trabajo que genera y la cantidad de familias que viven de esta empresa. El peligro de que el Estado intervenga y establezca lineamientos incumplidores es que fomente la informalidad que ya existe en Argentina y que demuestra que en varias ocasiones hablamos de leyes para defender los derechos de los trabajadores, pero que de hecho, hacen que nadie ofrezca trabajo.
Entonces, la solución es que más emprendedores tiren del carro. Más competencia para mejorar servicios y precios. Crear las condiciones para que los empleados se conviertan en jefes y generen más puestos de trabajo. Redescubra las dinámicas ascendentes ocurridas en el pasado y que son cada vez menos habituales.
Cada empresa que se va representa a desempleados. Los empresarios no saquean a los lobos ni a las vacas que pueden ser expulsados con impuestos y más impuestos. Es necesario seguir luchando por las condiciones laborales de los trabajadores pero dejar de hacerlo en la lógica del Estado.
«Jugador orgulloso. Gurú del café. Alcoholico galardonado. Entusiasta de la cerveza. Estudiante. Aficionado a los zombis. Lector. Especialista en música. Aficionado a la comida».