El Congreso de Costa Rica da vida a Bill Trawling
La práctica de la pesca de arrastre en Costa Rica ha sido un tema de discusión durante varios años, y desde 2013 la Sala Constitucional había prohibido la renovación o emisión de nuevos permisos de pesca de arrastre debido al daño ambiental que causa esta práctica. Actualmente no existe una licencia válida para la pesca de arrastre.
Sin embargo, el tema ha vuelto a cobrar vida en los últimos días cuando 28 diputados aprobaron el proyecto de ley que reactivaría la emisión de dichas licencias para embarcaciones semiindustriales.
Hoy se envía el proyecto de ley a la presidencia y Carlos Alvarado tendrá 10 días para decidir si veta esta iniciativa.
Numerosas organizaciones ambientalistas, pescadores artesanales y gran parte de la ciudadanía han expresado su oposición al proyecto de ley, por considerar que el beneficio para el sector pesquero no supera el daño ambiental que se sabe que causa esta técnica de pesca. en los ecosistemas marinos, especialmente por la captura accidental de otras especies marinas y el agotamiento de especies de camarón, entre otras.
El presidente Carlos Alvarado no se ha pronunciado sobre este proyecto de ley; sin embargo, durante su campaña afirmó repetidamente que estaba firmemente en contra de la pesca de arrastre. Alvarado tiene derecho a vetar total o parcialmente la ley, en cuyo caso la presidencia deberá proponer una reforma del proyecto de ley.
Una vez que el proyecto de ley es enviado de regreso al Congreso, pueden suceder tres cosas: 1- si hubo un veto parcial, pueden hacer las reformas necesarias y devolverlo al poder ejecutivo que no puede ejercer otro veto en esta etapa. . 2- Volver a aprobarlo sin hacer ninguna reforma, pero para eso se necesitan al menos 38 votos a favor. 3- Si el proyecto no cuenta con los 38 votos necesarios, se archivará.
Si se aprueba el proyecto de ley, antes de que se otorguen nuevas licencias, el proyecto de ley establece que el Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (Incopesca) tendrá un año para realizar estudios que demuestren la sostenibilidad de la técnica. Sin embargo, expertos en la materia consideran que el término dado no es suficiente para realizar estudios adecuados que permitan determinar la viabilidad de la pesca de arrastre.
En octubre de 2016, la Escuela de Economía de la Universidad Nacional (UNA) presentó un estudio socioeconómico del sector de la pesca de arrastre de camarón semiindustrial que mostró que esta práctica solo genera 590 empleos directos, incluidos 80 % son de mala calidad y están por debajo del salario mínimo. . Los peladores de camarones ganan en promedio 37 veces menos que los licenciatarios.
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