«Aurora»: revisión de Rotterdam | Comentarios
Dir / scr: Paz Fábrega. Costa Rica / México. 2021. 92 minutos
Las vidas de dos mujeres, una arquitecta dinámica y maestra de arte a tiempo parcial en sus cuarenta, la otra de diecisiete años embarazada, se entretejen por un encuentro casual en el engañosamente complejo y perspicaz drama de Paz Fábrega. Luisa (Rebeca Woodbridge) interviene para ayudar cuando encuentra a Yuli (Raquel Villalobos), la hermana mayor de uno de sus estudiantes, vomitando en el baño de la escuela. Lo que se desarrolla es la amistad y un sistema de apoyo que desdibuja los límites del papel de la mujer mayor en la vida del adolescente y deja la cuestión de quién, en última instancia, se beneficiará al máximo de la relación.
Como retrato de las complejidades de la maternidad, es excepcionalmente satisfactorio.
Fábrega regresa a Rotterdam tras ganar un Tiger Award con su primer largometraje Agua de mar fría en 2010. Su última película es un estudio delicado y minuciosamente observado de dos personajes femeninos poco convencionales y la evolución de los puntos en común entre ellos. Con texturas emocionales y una atención meticulosa a los detalles personales, la película evoca el trabajo de Kelly Reichardt; como retrato de las complejidades de la maternidad, es excepcionalmente satisfactoria. Íntima, vacilante en lugar de impaciente, la película puede tener dificultades para imponerse más allá del circuito de festivales, pero esta imagen es algo bastante especial que, con el distribuidor adecuado, podría conectar con una audiencia creciente. Arte y ensayo predispuestos por mujeres.
La maternidad es un espectro en la vida de ambas mujeres. Para Yuli, en negar su embarazo hasta que sea demasiado tarde para plantearse una alternativa, es algo que la paraliza. Incapaz de decidirse a contárselo a su propia madre, oa su grupo de amigos liberados sexualmente, considera huir, juega con la idea de la adopción, pero parece incapaz de afrontar plenamente su situación. Para Luisa, la maternidad es algo que simplemente no ha sucedido, pero naturalmente se desliza hacia un papel cuasi paternal con Yuli, ofreciendo su refugio en el hogar y apoyo en su viaje. Pero por mucho que adopte la posición de figura maternal sin juzgar, Luisa también se relaciona con ella como una igual: en parte confesora, en parte amiga. Hay una creciente incomodidad en la relación. A pesar de todas sus buenas intenciones – Luisa irradia calidez y positividad sin afectación – hay algo desconcertante en su disposición a facilitar la negación obstinada de Yuli de sus problemas.
El diálogo está inspirado en la aversión de Yuli a lidiar con su embarazo, flotando alrededor de la situación, pero rara vez surge por un tiempo. Pero mucho se comunica con miradas y silencios entre la charla. El trabajo de Fábrega con sus actores no profesionales es de primer nivel. Asimismo, la mirada de la película: los espacios que habitan las mujeres son extensiones de su personalidad. El espacioso apartamento de Luisa está bañado por una luz suave y limpia. Es elegante, seguro, pero un poco vacío. El mundo de Yuli, mientras tanto, está lleno de contacto físico, familiares y amigos, los miembros se entrelazan. Para Yuli y sus compañeros de clase, las sesiones de estudio son solo el preludio de un grupo de intercambio de parejas. No tiene idea de quién es el padre de su hijo.
Luisa proporciona un espacio seguro para Yuli mientras lidia con la cuestión de su futuro y el de su hijo por nacer. Pero quizás sin darse cuenta, Luisa proyectó su propio camino y sus propias aspiraciones – carrera, creatividad – en Yuli.
Compañía productora: Temporal Films
Ventas internacionales: Ramonda Paris [email protected]
Productores: Patricia Velázquez, Marianella Illas
Edición: Soledad Salfate
Cámara: María Secco
Diseño de producción: Catalina Tenorio
Música: Alex Catona
Actores principales: Rebeca Woodbridge, Raquel Villalobos, Liliana Biamonte, Daniela Arroio, Marcela Jarquín, Kattia González