El agujero negro más cercano no es un agujero negro sino un vampiro estelar
En 2020, los astrónomos anunciaron que habían encontrado el agujero negro más cercano jamás, ubicado a solo 1.000 años luz de distancia. Sin embargo, investigaciones recientes sugieren que el objeto en cuestión no es en realidad un agujero negro, sino más bien una forma rara de sistema de estrellas gemelas «vampiro».
Originalmente se pensó que el sistema, llamado HR 6819, era un sistema de tres vías, con dos estrellas orbitando un agujero negro: una estrella cerca del agujero negro y la otra mucho más lejos. Pero otros investigadores han sugerido una interpretación diferente de los datos, con dos estrellas orbitando entre sí y sin agujero negro, donde una de las estrellas se ha «reducido» a una masa mucho menor.
Los dos equipos de investigadores, tanto los que hicieron el descubrimiento original como los que idearon la teoría alternativa, unieron fuerzas para investigar las posibilidades. Los nuevos datos recopilados con el Very Large Telescope del Observatorio Europeo Austral (ESO) muestran que hay dos estrellas en órbita cercana, lo que respalda la idea de una estrella despojada. «Estos datos resultaron ser la pieza final del rompecabezas y nos permitieron concluir que HR 6819 es un sistema binario sin agujeros negros», dijo la investigadora principal, Abigail Frost, en un comunicado. declaración.
«Nuestra mejor interpretación hasta ahora es que capturamos este sistema binario poco después de que una de las estrellas absorbiera la atmósfera de su estrella compañera. Esto es algo común en los sistemas binarios cercanos, a veces denominado ‘vampirismo estelar’ en la prensa. «, explicó Julia Bodensteiner, coautora del nuevo estudio. «A medida que la estrella donante fue despojada de parte de su material, la estrella receptora comenzó a girar más rápido».
Incluso si resulta que el sistema no alberga un agujero negro, sigue siendo un descubrimiento emocionante porque brinda a los investigadores la oportunidad de estudiar este vampirismo estelar en un momento crucial. «Atrapar una fase posterior a la interacción es extremadamente difícil porque es muy corta», dijo Frost. «Esto hace que nuestros hallazgos para HR 6819 sean muy emocionantes, ya que presentan un candidato perfecto para estudiar cómo este vampirismo afecta la evolución de las estrellas masivas y, a su vez, la formación de sus fenómenos asociados, incluidas las ondas gravitacionales y las violentas explosiones de supernova».
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