El estigma persistente de las personas con VIH: Viví 30 años ocultándolo para proteger a mis hijos
Rosa, una mujer valiente, ha tenido que enfrentar numerosos desafíos debido a su experiencia con el VIH. A pesar de no haber recibido tratamiento durante el embarazo de su tercer hijo, este nació con el virus. Sin embargo, si Rosa se quedara embarazada en la actualidad y tomara el tratamiento adecuado, su hijo nacería sin la infección, como sucedió con su cuarto hijo.
Sin embargo, Rosa se vio obligada a ocultar durante mucho tiempo que su hijo tenía el virus, debido al estigma social que aún persiste en torno al VIH. Según el Ministerio de Sanidad, una de cada diez personas que tienen relación con alguien que tiene el virus dejaría de tratarse con esa persona. En el ámbito escolar, esta cifra aumenta a tres de cada diez, a pesar de que nunca ha habido un caso de transmisión escolar.
Afortunadamente, el hijo de Rosa, quien nació con el virus, ahora tiene 31 años, está casado y tiene una hija que nació sin la infección. Gracias al tratamiento oportuno y adecuado, el virus no es contagioso cuando está controlado.
El VIH afecta a un amplio espectro de la población. El 50% de los casos son en personas heterosexuales y un 15% de las mujeres también están infectadas. Además, las transmisiones por jeringuillas representan solo el 4% del total.
Sin embargo, muchas personas que podrían estar infectadas temen hacerse la prueba debido a la culpabilidad que sienten. La comunicación por parte de los profesionales de la salud es clave en este aspecto, para brindar apoyo y orientación adecuados.
En respuesta al estigma social que todavía rodea al VIH, CESIDA, una organización dedicada a la lucha contra el SIDA, organiza el evento «Orgullo Positivo» en España. Este año, el enfoque estará puesto en la visibilidad de las 150.000 personas que viven con el virus en el país.
Durante el evento, se llevarán a cabo actividades culturales en siete ciudades, y se proyectará el documental «Soy Visible» en el Ministerio de Sanidad. El objetivo general de este evento es lograr que el 95% de las personas infectadas sepan que tienen el virus y puedan recibir tratamiento. Además, se busca combatir las consecuencias del estigma social.
La historia de Rosa es un recordatorio de que el VIH no discrimina y de la importancia de la prevención, el tratamiento adecuado y la erradicación del estigma social asociado a esta enfermedad. Es fundamental seguir informando y sensibilizando a la sociedad para lograr una convivencia más justa y libre de prejuicios.
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