«Enigma»: encuentran una máquina de cifrado nazi en el fondo del mar

Una maquina Enigma, el modelo legendarioo utilizado por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial para cifrar información, descubierto recientemente en el mar Báltico, fue entregado el viernes a un departamento especializado alemán para su restauración.

es máquina electromecánica portátil, Objeto de muchas películas y novelas policiales durante décadas, primero debe ser desalado antes de ser restaurado por el Museo Arqueológico Nacional de Schlsewig-Holstein.

«Suponemos que tardará aproximadamente un año «, dijo el jefe del servicio arqueológico regional, Ulf Ickerodt, quien planea exhibirlo más tarde en un museo.

Un equipo de ONG para la conservación del medio ambiente WWF, cuya misión era limpiar el fondo marino de las redes de pesca, encontró la máquina en noviembre frente a las costas de este estado, el más septentrional de Alemania, en Gelting Bay, frente a Dinamarca.

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El arqueólogo subacuático Florian Huber explicó que ese día uno de sus colegas dijo en la cubierta del barco: «Hay una red allí, pero hay una vieja máquina de escribir colgada de ella. . «

Según el historiador naval Jann M. Witt, esta máquina Enigma encontrada en Gelting Bay Según los informes, fue abandonado por un buque de guerra alemán hacia el final del conflicto. Explica que la máquina encontrada solo tenía tres rollos, mientras que las utilizadas en los submarinos nazis tenían cuatro. «El Enigma es una cosa del pasado en muchos sentidos», explicó Ickerodt.

Esta máquina inventada por el alemán Arthur Scherbius a finales de la década de 1910, El antepasado del cifrado moderno, alcanzó su punto máximo bajo el Tercer Reich, utilizado por los nazis y sus aliados para cifrar y descifrar información confidencial.

Este modelo tenía fama de impenetrable, según sus creadores, hasta que el informático británico Alan Turing logró descifrar el código secreto de la Armada alemana.

Su acción tuvo un considerable influencia en la guerra submarina en el Atlántico porque, a partir de entonces, los británicos pudieron «leer» los códigos de radio cifrados de los barcos alemanes, sin que el enemigo se diera cuenta.