La futura puerta de entrada de China a América Latina es un megapuerto en Perú
-Análisis-
LIMA – La terminal comercial más importante de China con América del Sur está en construcción a 75 kilómetros al norte de Lima, la capital peruana. Conocido como el Complejo del Puerto de Chancay, tiene una inversión inicial de $ 1.3 mil millones y transformará este pueblo pesquero y agrícola en un centro regional que podría redefinir las líneas navieras en el Pacífico Sur.
El puerto puede contar con el uso de 800 hectáreas de terreno adyacente donde el consorcio operativo desarrollará un complejo logístico e industrial, con costos totales de inversión que se espera que asciendan a $ 3 mil millones. Desde 2019, el principal interesado en el proyecto ha sido la empresa estatal china Cosco Shipping Ports (60%), con Volcan, una subsidiaria minera de Glencore en Suiza, con una participación del 40%.
Cosco es socio de 52 proyectos portuarios en todo el mundo. Pero en América, Chancay es el primero en construirse con capital chino. Se espera que el complejo sea completamente funcional para 2024, lo que ayudará a consolidar la influencia de China en América del Sur y Perú en particular.
¿Hay otro superciclo de materias primas en el horizonte?
Durante la última década, este país se ha convertido en el centro regional de los intereses económicos y geopolíticos de China. Hasta el momento, las empresas chinas han invertido más de $ 30 mil millones en Perú, cifra solo superada por el dinero gastado en Brasil. El principal sector es la minería, que ha absorbido más de la mitad de todas estas inversiones y ha demostrado ser una excelente fuente de los minerales que China necesita para mantener el auge de su sector industrial.
Uno de estos materiales es el cobre, que el Perú produce en grandes cantidades. Es el segundo exportador mundial de este metal y exporta dos tercios de su producción total a China, que controla dos de los principales yacimientos de cobre de Perú: Las Bambas (vía MMG) y Toromocho (con Chinalco).
Los dos países firmaron un tratado de libre comercio en 2010, que reformó la balanza comercial de Perú. Desde 2014, China es su principal socio comercial, seguida de Estados Unidos. En los últimos cinco años, Perú exportó $ 58 mil millones a China, en comparación con $ 33 mil millones a Estados Unidos. Y en los próximos años, dados los vívidos intereses mineros de China, la brecha podría ampliarse aún más asumiendo, como predicen algunos observadores, que se vislumbra otro «superciclo» de materias primas en el horizonte.
China también está siguiendo una estrategia de integración global aquí a través de su iniciativa Belt and Road, que promueve la infraestructura global que promueve el comercio. En medio de rivalidades con Estados Unidos, ha firmado acuerdos con 138 países a pesar de las advertencias de Washington de que los estados corren el riesgo de endeudarse en exceso con China.
Por su ubicación geográfica, el Perú es un punto importante de esta nueva Ruta de la Seda. Con su larga playa de la costa del Pacífico, se encuentra directamente frente a Asia y también puede convertirse en un vínculo con Brasil y el Atlántico. En abril de 2019, los dos estados firmaron un memorando de entendimiento para futuras inversiones en el marco de la iniciativa Belt and Road.
Sin duda, Chancay es de gran importancia para la estrategia global de China para ganar mercados. De hecho, Cosco Shipping Ports ingresó al consorcio portuario dos semanas después de dicho memorando, pagando $ 225 millones a Volcan.
Otros proyectos de cinturones y carreteras en Perú incluyen el Amazonas, donado a la estatal china Sinohydro, que detuvo el proyecto ante numerosas objeciones ambientales, y el Ferrocarril Transcontinental, que conectaría el puerto brasileño de Santos a Bayóvar en el norte de Perú.
Todo lo que brilla …
La proximidad de Chancay al puerto de Callao, que maneja el 71% de las importaciones enviadas desde el país, reduciría la congestión allí y desarrollaría la actividad económica fuera de Lima. Cosco estima que su inversión inicial crearía 1.500 empleos directos y 7.500 indirectos y generaría 300 nuevos negocios a nivel local.
En la primera fase, el puerto enviaría 6 millones de toneladas por año, pero en respuesta a las preocupaciones locales, Volcan dice que Chancay no enviará minerales, a pesar de que es una subsidiaria minera y China es el mayor comprador mundial de cobre. La compañía dice que, en cambio, redistribuirá bienes de Asia y hará que Perú sea más competitivo frente a rivales del Pacífico como Colombia y Chile.
Manifestación en Las Bambas, una zona minera en Perú – Foto: GDA / ZUMA
No obstante, los habitantes de Chancay y sus alrededores están preocupados por su impacto en la economía local, que depende de algo más que la minería. También hay agricultura y pesca, y grupos de la sociedad civil han cuestionado los estándares de construcción del proyecto y su posible impacto ambiental y social.
Dicen que el complejo estará dentro del pueblo de Chancay y que las explosiones destinadas a remodelar la bahía ya han dañado muchos edificios residenciales. También se espera que el proyecto afecte un humedal local, mientras que el dragado de la bahía para permitir la entrada de los portacontenedores más grandes tendrá un impacto final en la pesca y la vida marina.
Perú debe gran parte de su crecimiento económico a la enorme demanda de recursos naturales de China.
El consorcio realizó 89 observaciones ambientales en su último informe de diagnóstico sobre los efectos ambientales del proyecto, al verificar este documento, las organizaciones no gubernamentales observaron omisiones y metodologías defectuosas para medir sus efectos. Sin embargo, la agencia de certificación ambiental de Perú, SENACE, aprobó el proyecto en diciembre pasado, superando las objeciones de grupos de la sociedad civil.
Perú debe gran parte de su crecimiento económico a la enorme demanda de recursos naturales de China. Y, sin embargo, sus inversiones están dejando una marca indeleble en muchas comunidades afectadas. Estos incluyen conflictos sociales en áreas mineras como Morococha y Las Bambas, o comunidades indígenas afectadas por el río Amazonas.
China se ha comprometido a invertir más en Perú y sus planes de la Franja y la Ruta intensificarán sus actividades. Pero el Estado peruano debe insistir en estándares ambientales más altos, comenzando por la inclusión de un capítulo ambiental en las actuales renegociaciones de su tratado de libre comercio con China.
Ambos países deben comprometerse a no limitarse al mero interés económico. La sostenibilidad a largo plazo también debe considerarse y buscarse para mejorar y proteger la vida de las personas, especialmente en lo que respecta al impacto de sus proyectos en las comunidades locales y el medio ambiente.
* Gonzalo Torrico, licenciado en derecho por la Universidad de Lima, es periodista especializado en minería y medio ambiente.
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