La neurocientífica Susana Carmona explica por qué el cerebro de una madre le permite hacer varias cosas al mismo tiempo
La maternidad no solo afecta físicamente a las mujeres, sino también a nivel cerebral y en su identidad, según estudios pioneros en neurociencia publicados en ‘Nature Neuroscience’. Investigadoras como Susana Carmona, Erika Barba y Elseline Hoekzema han demostrado que los cambios en el cerebro de las madres pueden durar hasta seis años después del parto, en un proceso denominado ‘matrescencia’, equiparable a la adolescencia.
Estos cambios cerebrales durante la maternidad afectan a la red de atención y a la red por defecto, relacionadas con la empatía, el altruismo y la conducta de los padres y madres. Los bebés secuestran la atención de las madres, lo que repercute en su capacidad de atención en otras áreas. Se plantean dos hipótesis para explicar estos cambios: una biológica, relacionada con los estrógenos durante la gestación, y otra ambiental, vinculada a la crianza y el entrenamiento cerebral.
Los estudios sobre la maternidad y el cerebro han despertado interés en la comunidad científica europea y norteamericana, y han llevado a la publicación del libro ‘Neuromaternal’ por parte de Susana Carmona, psicóloga y doctora en Neurociencias. Estos hallazgos comparan los cambios cerebrales durante la maternidad con los de la adolescencia, relacionándolos con la juventud cerebral y el envejecimiento.
En resumen, la maternidad tiene un impacto profundo en el cerebro de las mujeres, afectando su capacidad de atención y empatía, en un proceso de transformación cerebral que perdura años después del parto.