Los riesgos de la economía española – Deporticos
El producto interior bruto (PIB) de España experimentó un crecimiento del 0,3% en el tercer trimestre del año, gracias al consumo, a pesar de las subidas de los tipos de interés, la debilidad internacional y la alta inflación. Este aumento sorprendió a los economistas, quienes pronosticaban un estancamiento o un avance mínimo.
El impulso en el gasto de los hogares durante el verano se debió a la creación de empleo y al aumento de los salarios. Sin embargo, a pesar de este crecimiento, se observa una desaceleración en comparación con el trimestre anterior y una disminución en el crecimiento interanual.
Las exportaciones también se vieron afectadas por esta desaceleración, experimentando una caída del 4%. La construcción y la agricultura fueron los sectores más perjudicados. Además, el sector exterior registra ya dos trimestres consecutivos de retroceso y la inversión también ha disminuido debido a la debilidad de la demanda internacional.
El consumo de las familias se ha convertido en el único motor de la recuperación económica, impulsado por los incrementos salariales, la creación de empleo y las medidas de apoyo del Gobierno. Sin embargo, de cara al cuarto trimestre, se espera un aumento en la inflación y existe la posibilidad de que el conflicto entre Israel y Palestina la empeore aún más.
Los economistas advierten que este escenario podría mantener los tipos de interés elevados y tener un impacto negativo en la actividad económica, lo que conduciría a una desaceleración en los próximos trimestres.
La patronal sostiene una previsión de crecimiento del PIB del 2,4% para el conjunto del año, aunque existen incertidumbres sobre la evolución de los indicadores en los próximos meses. Además, las previsiones de crecimiento para el próximo año se han reducido al 1,7%, por debajo de las estimaciones del Gobierno.