Medicina: nuevos desafíos para la pospandémica
Por el Dr. Mariano Giménez
Publicado en Telam
La pandemia que ha cambiado todos los ámbitos de nuestra vida nos obliga a pensar en una nueva forma de practicar la medicina y también en una nueva forma de abordar la formación de los profesionales sanitarios.
Con motivo del Día del Médico, que se conmemora cada 3 de diciembre, vale la pena sugerir nuevas formas. Quienes hemos ejercido nuestra profesión durante muchos años no solo debemos apoyar los cambios, también podemos generarlos. Desde nuestra experiencia podemos contribuir mucho a evolucionar hacia un modelo más humano con más tecnología y más innovación.
Empecemos por la educación. La pandemia ha acelerado las tendencias que ya se avecinaban. Facilitada por herramientas de comunicación digital, la educación en línea sin duda seguirá instalada en el futuro post covid-19. Las ventajas son enormes: desaparecen las barreras geográficas; Gran parte del contenido es gratuito o muy accesible y se puede aprender a su propio ritmo.
El uso del aprendizaje virtual debe seguir creciendo. En nuestra profesión, debemos avanzar hacia un trabajo docente mixto permanente, presencial y virtual. Ya ha habido estudios que han demostrado una mejora significativa en el rendimiento académico cuando los estudiantes estudiaron con un estilo de aprendizaje mixto en comparación con un método de enseñanza tradicional.
También se necesita un cambio de paradigma en la práctica médica. Debemos avanzar hacia una cirugía sin fronteras. Hoy, la cirugía abierta, endoscópica o percutánea depende de los tiempos, los pacientes y las patologías, y no de las estructuras departamentales. Este modelo de hospital departamental ha funcionado bien en el pasado. Ante los cambios que se han producido, es necesario un nuevo plan organizativo de especialidades, centrado en los pacientes y no en nosotros.
Los médicos deben tener una perspectiva amplia al tratar con cirugías, ablaciones y otros tratamientos. La observación del conjunto y la concepción de una planificación previa permiten mejorar los resultados. Por eso, por ejemplo, en el tratamiento del cáncer, la discusión entre cirujanos, oncólogos, radiólogos y otros especialistas es tan necesaria. Entre todos, en cada caso, debemos proponer lo que creemos que es el mejor procedimiento: cómo hacerlo y cómo acompañarlo.
En lo que respecta a la relación médico-paciente, ya no se puede negar la importancia de integrar habilidades emocionales, conocimientos tan relevantes como el juicio y los conocimientos técnicos.
Con las teleconsultas que han proliferado desde el inicio de la pandemia, ha quedado claro que comunicarse más y mejor es fundamental para practicar la medicina a distancia. Por ello, también es fundamental que estos conocimientos se enseñen en los programas de formación de los futuros profesionales.
Guardar las lecciones aprendidas de la crisis que atravesamos es lo que hará que mejoremos y dejemos de lado lo que ya venció, e incorporemos y difundiremos las nuevas prácticas que necesitamos. No podemos hacerlo de todos modos. Debemos hacerlo con vocación de servicio, compromiso e integridad, que son los valores que deben acompañarnos en el camino hacia una nueva medicina.
El autor es Catedrático de Cirugía en la Facultad de Medicina (UBA) y Director de la Cátedra de Excelencia en Cirugía Percutánea de la Universidad de Estrasburgo, Francia.