The Economist y sus comentarios sobre República Dominicana
El 25 de mayo, un informe de la Unidad de Inteligencia Económica de la revista The Economist señalaba lo siguiente: “La nación caribeña (refiriéndose a República Dominicana) está entrando en crisis, al igual que El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, con una relativa alta audiencia. deuda, desequilibrios externos sustanciales y alta inflación, y tampoco es un exportador importante de materias primas.
Hace un año, la misma Unidad declaró: “República Dominicana está lista para ser uno de los países latinoamericanos que supere más rápidamente la recesión inducida por la pandemia”.
¿Por qué este cambio de perspectiva?
Veamos el informe del FMI del 16 de mayo después de analizar todos los rincones de nuestra economía, lo que no hace The Economist.
“La economía de la República Dominicana ha seguido mostrando una notable resiliencia frente a los choques globales, que ha sido respaldada por políticas apropiadas, incluido el apoyo a la política monetaria, una ágil campaña de vacunación contra el COVID y una reapertura que le permitió aprovechar al máximo la recuperación de la economía mundial el año pasado Esta resiliencia y los fuertes signos de sostenibilidad de las políticas (TRANSPARENCIA) colocan a la economía dominicana en una buena posición para enfrentar los desafíos internacionales emergentes.
¿Dónde está la raíz del problema? Porque los números económicos de Panamá, Costa Rica y República Dominicana en lo que va de 2022 son mucho mejores que los de la mayoría de los países sudamericanos.
Los problemas de deuda tienen a Argentina y Brasil, grandes productores y exportadores de commodities alimenticios, acumulando una inflación interanual de 58% y 12,5% en abril. ¿Y entonces?
Estamos entre los diez países con la relación deuda/PIB más baja. Sin embargo, los déficits presupuestarios son mucho mayores en América del Sur que en América Central y el Caribe.
La raíz de este comentario es que República Dominicana y Centroamérica no producen petróleo ni exportan materias primas, mientras que en América del Sur muchos producen y exportan ambos y pueden controlar mejor los precios y sus desequilibrios externos.
Sin embargo, The Economist olvidó algo: tenemos mucho petróleo que no es necesariamente negro. Y esto se llama turismo, remesas, inversiones extranjeras, minería (oro, ferroníquel) y nuestras exportaciones, incluidas las zonas francas, ya superan los 12 mil millones de dólares al año.
La crisis se agravará, pero estaremos mucho mejor preparados para enfrentarla que la mayoría de los países de la región.
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